sábado, 17 de marzo de 2007

4ª Historia: "El cubil de Panthrakus".
INTRODUCCIÓN:
Llegamos a la capital del reino; Mirtheron. Allí­, a parte de aprovisionarnos de todo lo imprescindible y necesario; buscamos más 'líos' donde meternos.
Descubrimos que están desapareciendo gente -de clase alta, y no tan alta- de forma muy extraña. Además, últimamente se ven demasiadas 'criaturas non gratas' por los alrededores.
Así que tras hablar con un ex-explorador, fugado de éstos seres inmundos y contarnos que al parecer se ocultaban en una cueva o algo parecido... decidimos ir en busca de respuestas, y tal vez a prestar algo de ayuda.

HISTORIA:
Siguiendo el bosque llegamos a un claro, que acaba en la entrada de una especie de subterráneo.
En la entrada, hay dos chacales; y al verlos, Perdita 'narra': "Desagradables recuerdos, inundan la mente de Traubón, al ver los chacales..."
Aunque no sé, muy bien por qué ya que a lo que Trau, le tiene 'tirria' es a las ratas, en especial a las gigantes... pero en fin, lo cierto, es que gracia no le hicieron tampoco.
Nos dió pena matar a los chacales -no a todos- ya que no hicieron ningún movimiento sospechoso, ni estaban armados. Así que optamos por noquearlos, al menos por el momento.

Nada más entrar a la cueva, en la escaleras que descienden encontramos una trampa, y por supuesto la desactivamos a tiempo. Desde ese momento, decidimos ir con mucha cautela por el resto de escaleras, túneles y habitaciones, para prevenir y a poder ser evitar, daños mayores.

En el pasillo que escogemos primero, encontramos unos derrumbamientos, y uno de nosotros -ya no recuerdo muy bien quien- preguntó:
"¿Podemos derribar sigilosamente la barricada?" (¿¿Derribar y sigilosamente?? Risas, como es lógico)
Tras varias luchas con las ya 'queridas' ratas gigantes, y algunos soldados; Perdita muy enfadada con uno de ellos al que acababa de registrar, ya que no llevaba más que una pieza de cobre exclamó:
"Pues le meto la moneda en la boca" Y lo pronunció frunciendo gravemente el ceño...

Pocos más datos que aportar a la aventura por el momento, si exceptuamos claro, el intento de interrogatorio excesivo a los camareros kobolds de la taberna subterránea que encontramos. Descubrimos que el jefe de ésta tropa 'maligna' era un paladín, seguidor de un Dios del Mal. Y que hacía a todos servirle mediante algo llamado 'Bakará'.
Sin saber que era, nos aventuramos a decirle al camarero que traíamos provisiones de Bakará (como si fueran patatas) y claro, con el consecuente mosqueo -teniendo en cuenta que resultó ser una esfera de cristal- salió por 'patas' (nunca mejor dicho) a avisar a algunos de sus compañeros... Eso nos enseñará a no hablar de más...
Sin embargo, y a pesar de ello, algunos se pasaron 'el día' usando como grito de guerra '¡¡Marchando una de Bakará!!' Y a día de hoy, éste grito aún resuena en los pasillos y otras 'aventuras'...

Superadas las ordas de kobolds, soldados y demás. Mas algunas 'pruebas' extrañas, como una tipo Mastermind o las adivinanzas de un mago disfrazado... Llegamos al pasillo que daba a las habitaciones del cabecilla y su mago malvado. Para entrar Ty tuvo que descifrar un letrero en Élfico y cuando Perdita le preguntó que ponía, Éste contestó:
"Pone que eres una payasa..." Con el posterior intercambio de golpes de 'retira eso.... que no me dá la gana... etc' Sin llegar a mayores y hasta que felizmente se calmaron. No llegamos a enterarnos de qué ponía, porque el muy.... solidario.... no 'soltó prenda'.

Al recorrer esos pasillos, nos atacaron una momia, y un orco, pero salimos indemnes. Sin embargo sucedieron un par de eventos; primero sonó un ruido estraño y Ty dijo: "Perdonad me llaman al móvil..." ¿Qué significará eso, cómo habrá hecho ese sonido? Ein? Qué? y poco después mientras Ty y Perdita andaban confiados, y silbando; Trau avisó: "Pues yo me acerco despacito y en silencio"... Lógicamente Ty pensando que ya nos podrían haber oído de sobra (con los silbidos, pelas, derrumbes y demás; sin descontar el hecho de que: ¿enano y silencioso?) se dió la vuelta y le miró con cara de decir... "Pero que tonto que es..." Por suerte no se lo dijo.

En esas habitaciones no hayamos nada de importancia, y poco más adelante dimos con las escaleras que subían al -por fín- último piso. Allí, dimos con algunos kobolds más, pero nos los cargamos sin problema, apoyando el pié en el cuello de uno de ellos incluso, para disparar mejor el arco...
En la esquina siguiente, dimos a lo que parecía la 'última puerta' y Trau expresó: "Usemos la política Bush... Primero atacamos, luego miramos, y si después oímos el más simple respiro, descargamos tres flechas..."
No está mal, funcionó, menos mal que no era un inocente, eso sí; y exceptuando que sólo había un ogro, que murió antes de siquiera poder vernos, y que aún seguimos sin saber quien es ese desconocido estratega llamado Bush...

No era la última puerta, aunque quedaban pocas (estaban ocultas) y Ty hayó a una sirvienta, a quien calificó como a 'una gorda' y le avisó de que Phanthracus estaba poco más adelante, tras ésto huyó despavorida. Con suerte para ella, ya que Trau escuchó la historia de la sirvienta con lascivos ojos, algún que otro lujurioso comentario y diciéndole a Ty que para otra vez 'avisase' con tiempo...

Poco antes de dar con la puerta de la habitación principal; Ty estaba revisando un 'aseo' cercano. Tras comunicar que no veía nada, Perdita quiso comprobarlo, ya que tiene mejores 'aptitudes' para encontrar cosas. Al no lograr tampoco ver nada, Ty exclamó:
"Lo ves, a tí que te he dicho ¿eh? ¿eh? NO HAY NADA!!" Y por supuesto, otra tanda de empujones y puñetes hasta que de nuevo... se tranquilizaron.

Por fín, localizamos al malo, malísimo. En 'honor' al esfuerzo realizado para llegar hasta él, nos compensó contestando a varias preguntas que aún teníamos por resolver -qué amable, seguro que sólo hacía tiempo para preparar su 'escapada'-. Cuando comenzó la lucha con el paladín, destruimos la esfera Bakará, para que dejase de hipnotizar a todos los inocentes. Y cuando quisimos darle a Panthrakus su merecido, se escabulló, por un túnel secreto que había desde su trono hasta el prado -ésta escapada-... Ah lástima que se escapase!

No recibimos recompensa, pero ganamos bastante oro y armas. Y sobretodo, la fama que nos vamos haciendo y el reconocimiento de las 'buenas gentes'.
Ahora nos daremos un merecido descanso, y otro día nos aventuraremos más.

Espero veros pronto; un saludo: El Fisgón.
Continuará...

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